jueves, 14 de octubre de 2010

Ficcionario 3

Por Mario Zaragoza


Libro

Libro, libero, liberación, libroteca, biblia, bibliófilo, biblioteca, biblizante, lectura a la
primera página que dejo desprendida tinta a la punta de algo. La escritura, la imprenta,
la impresión del hombre que decide dejarse en hoja seca, moja la primera tinta, moja su
mano y quizá la escritura es moderna hasta el punto en que arranca las memorias. O quizá
con frío escribió atentamente su testamento. El libro decide avanzar paralelo al mundo, el
mundo decide evolucionar el contenido, actores son los personajes de todas páginas, a todas
lenguas el libro nos hace hacer cuerpos, preceptos y luego revivir con tiempo la espera el
deseo de la letra más que se cierra en pasta. El quién libera, el quién aprisiona con fuerza de
tiburón ficticio de nombre Eduardo.

Mar

Es lo que expreso diciendo azul, a la sombra que no descifra nada, ahí de tu mar que todo
es claridad, es luz, se revela el movimiento. Estático, entre que corre y regresa. Además
ahoga, se llena de escamas y huesos. Al fondo la arena, diciendo, pisar la isla, en medio del
continente pequeño al mar, grandiosa Tierra azul, belleza: los colores no, la marea. El agua
me moja, como en tautología, el mar es el mar. Lo veo, admiro que se marea mi cabeza, y
de pronto caigo en coincidencia, Eduardo también lo hace territorio. Girar dentro, su Tierra-
arena.

Noche

Nostalgia, que nos recuerda la noche otra cosa, más allá de su contenido, el día. La esfera
pausada, la luna, describo las estrellas: luz que llega minutos después, quizá horas. Acá
dentro la noche es oportunidad del enamorado, a la que le gusta la vela, desvelarse.
Ciertamente la noche acaricia con profundidad, desierto; pareces también eso cuando
te despueblas. Un contacto diferente con el afuera, lo pausado, más que el silencio. Mi
muerte, la noche: asocio a otra cosa. Al nocturno, a la música aquella, de los días que nos
dicen medianoche: y entonces se partió la luna a la mitad, cantaron las sirenas. Eduardo
olfateó una presa, ausento de luz.

Ave

Aveces, separo lo que es un instante de un vuelo. La parvada, definir las cosas por su
conjunto a veces se facilita. Y si tengo la oportunidad de pegar las plumas, las alas,
entonces seré paloma, porque eso me gusta ser. Un ave, no digo que sea del color porque
ni siquiera me imagino el blanco que sale por la ventana, que entra por la luz avanza de
cielo. Atrapante enjaule que (´) libre se ve un ave después de salirse del escudo de una
bandera nacional. Qué gusto d’ averse sentido pájaro, al mismo tiempo pajarucho me digo
despectivo antes de algo. El viento sopla de no-boca, las aves cantan por alegría, Eduardo
nada. Esta vez no.

Puerta

Si uno se pregunta que se afirma al hablar de una puerta, que se afirma puerta, que se
afirma hablar. Miento al decir que no doy vuelta a la entrada, paso a paso a otro lado. Al
lado otro, si estando en el lado solo, pensando la puerta como salida. La puerta quiere ser
cruzada sin forma de cruz mas bien de rectángulo, de un ovaluarte incluso. Me quedo con
la madera, sin hacer alarde de girar la llave. Paso, revela puerta otra cosa, afuera. Y sin
algo más que decir, la puerta puede ser la pasta gruesa sin rayas de una cosa. Pero el portal
no me dice nada, no exterioriza un cuerpo, ni los órganos como ventanas. Ahí detente,
como construcción que se reduce a quién pasa, libre, poquito la puerta es una espacio que
limita mi espacio de un espacio-desierto: exasperante, calor familiar, acosa entra. Acosa
incluso que hay puertas del paraíso, sobran entrantes, sobre eso/ sobra un personaje central
descerebrado, sobra decir que Eduardo nunca estuvo abierto. Ni poquito, a media luz de
alguno que le leía.



Ficcionario 2

Por Saúl Michel
Lapiz:
La nave espacial de un niño distraido

Libro:
Campo de palabras sembradas en largos caminos

Noche:
El cielo dormido con una lamparita(luna)

Mar:
Cielo terrenal

Ave:
Guia de las nubes

Puerta:
Caja de sorpresas gigantesca
BuscArte!

Ficcionario 1

Por Benjamin Rubio Ramirez



Libro: Inmortalizacion de la vida
Noche: Mutacion de seres que sudan y se dan cada segundo
Mar: 75% agua del mundo
Ave: Puerta que se abre y descansa en el avismo de nuestros sueños
Puerta: Proyección de pensamientos que conclusos que siempre empiezan